Las estimaciones de necesidades de gasto para la definición de la financiación autonómica y de la sanitaria en particular
Las estimaciones de necesidades de gasto para la definición de la financiación autonómica y de la sanitaria en particular
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Descripció
Resum
Es muy tentador, desde una determinada percepción de la autonomía financiera, intentar resolver la distribución de recursos entre CC.AA a través de una cuantificación ‘técnica’ de necesidades territoriales. Esto es, que el financiador central establezca lo que entienda por necesidad de gasto de cada Comunidad, a partir de fijar un monto de recursos por él decidido para dicho propósito y que internalice entre los afectados el debate de su distribución para cada Comunidad Autónoma. Se trataría con ello de resolver ‘técnicamente’ lo que ahora es una batalla de reivindicaciones ad hoc de una descentralización de gasto que se ha convertido periódicamente en un engorro político; en particular, para aquellos que consideran que el Estado de las autonomías ha ido demasiado lejos y que esto afecta ya ahora la gobernabilidad del Estado. Es cierto que para el gobierno central esta estrategia es atractiva, ya que se es conocedor (lo ha experimentado en otras ocasiones) que estas formulaciones técnicas para la cuantificación de necesidades suelen apaciguar las reivindicaciones de los gobiernos ‘regionales’; que, a menudo, no disponen de capacidad de comprobación de resultados ni de los datos para replicarlos confundidos en tecnicismos irresolubles. A su vez, quienes las operan en el Ministerio de Hacienda (para cualquiera de los modelos que se han aprobado basados en la metodología del cálculo de necesidades) conocen perfectamente que con un método de cálculo apropiado (subsumido a menudo en deficiencias de datos insuperables), incorporando determinadas variables (definidas en alguna de las acepciones posibles), ponderadas convenientemente y re-escaladas adecuadamente (ya que sus valores se han de sumar a otros), y remitidas finalmente a un determinado nivel de gasto (lo que relativiza las pretensiones de las partes), uno casi puede conseguir el resultado que se desee. Y si esto no sucede, se utilizan reglas de modulación, fondos especiales, etc. Lo describió así abiertamente el ex ministro Borrell Fontelles (1992), incorporando un sencillo modelo de programación lineal, de cálculo de ponderaciones de determinadas variables para que, minimizando los fondos adicionales, se respetasen determinadas restricciones: que ganen las Comunidades que el financiador desee. El propio autor reconoce cómo la política estatal se servía de la técnica ante el desconcierto político regional.Col·leccions
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