Efectividad de los programas cognitivo-conductuales en la reducción de la reincidencia

Abstract

La efectividad de los programas de tratamiento en la reducción de la reincidencia delictiva es un área de sumo interés de la Criminología. El presente trabajo analiza la crisis atravesada por el ideal resocializador durante la década de 1970, para luego repasar su renacimiento posterior de la mano de investigaciones que hacen referencia a los resultados positivos alcanzados por determinados tratamientos en la reducción de la delincuencia, primordialmente del modelo cognitivo-conductual. Teniendo en cuenta que la evaluación del impacto de esta clase de tratamientos sigue estando sujeta a problemas metodológicos, hemos considerado de utilidad evaluar la efectividad de estos programas con un diseño acorde con los estándares exigidos en la investigación internacional. Se delinea el marco metodológico de una investigación cuantitativa tendiente a establecer la posible efectividad de programas cognitivo-conductuales implementados en prisión en la reducción de la reincidencia. Como conclusión, se propone la importancia de evaluar periódicamente la efectividad de las intervenciones destinadas a reducir el riesgo de producción de un nuevo delito, de modo que se puedan destinar recursos a aquellos programas que realmente funcionan.The effectiveness of treatment programs in the reduction of criminal recidivism is an area of great interest for Criminology. The aim of this paper is to analyze the crisis undergone by the rehabilitative ideal during the 1970s and review its rebirth thanks to new research asserting the positive results achieved by certain treatments, primarily from the cognitive-behavioral programs. Although there are still methodological debates around the impact of this kind of treatments, it is still useful to assess their effectiveness, applying adequate methodology with international research standards. The paper establishes a quantitative research methodological framework to measure the possible effectiveness of cognitive-behavioral programs implemented in prison to reduce recidivism. And it finally highlights the relevance of periodically evaluating their effectiveness so that public resources can be better allocated.