López i Casasnovas, Guillem2019-03-272019-03-272019-05http://hdl.handle.net/10230/36990En los temas de longevidad siempre me ha parecido que como sociedad o bien éramos disléxicos en la lectura de los propósitos, o esquizofrénicos en las conductas asociables. Es notorio en efecto la falta de correspondencia entre el valor que como sociedad otorgamos a la salud, a la mejora en la esperanza de vida (según una alta elasticidad renta –como si de un bien de lujo se tratase, ganando peso proporcional en el gasto en la medida que los ingresos aumentan, elevado valor que otorgamos a los años adicionales que decimos estamos dispuestos a pagar por ello) y, a su vez, la escasa disposición social que mostramos a pagar por ello (vista la presión fiscal aceptada para la financiación del gasto social a ella aparejable). Es quizás síntoma de una sociedad poco madura o simplemente un posicionamiento racional identificable con la denominada tragedia de los comunes (cosas que son de todos pero que no parecen ser tenidas por nadie en particular), pero algo no funciona en el binomio actual de gasto y financiación sanitaria.application/pdfspaThis is an Open Access article distributed under the terms of the Creative Commons Attribution License Creative Commons Attribution 4.0 International, which permits unrestricted use, distribution and reproduction in any medium provided that the original work is properlyattributed.Los CAR-Ts como síntomainfo:eu-repo/semantics/workingPaperinfo:eu-repo/semantics/openAccess