En abril de 1945 el cadáver de Benito Mussolini fue expuesto en Piazzale Loreto colgado bocabajo y el suceso quedó inmortalizado en numerosas fotografías y vídeos. Prefiguradas por toda una tradición histórica e iconográfica de personajes invertidos, la imagen pretendía desmontar el aparato propagandístico fascista de los años
anteriores. Al mismo tiempo, continuaba con toda una tendencia anterior que había intentado deshacerse del Duce a través de la destrucción de sus bustos y retratos. Sin embargo, ...
En abril de 1945 el cadáver de Benito Mussolini fue expuesto en Piazzale Loreto colgado bocabajo y el suceso quedó inmortalizado en numerosas fotografías y vídeos. Prefiguradas por toda una tradición histórica e iconográfica de personajes invertidos, la imagen pretendía desmontar el aparato propagandístico fascista de los años
anteriores. Al mismo tiempo, continuaba con toda una tendencia anterior que había intentado deshacerse del Duce a través de la destrucción de sus bustos y retratos. Sin embargo, desde la posguerra hasta la actualidad se ha cuestionado ampliamente la legitimidad de la exhibición de las imágenes, con el cine como principal encargado de
plasmar este debate. Por ello, es habitual encontrar escenas que utilizan diversas estrategias para evitar incluir los documentos de Piazzale Loreto.
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