Este estudio analiza un conjunto de artefactos de contextos del Calcolítico y Bronce Antiguo y Medio en el nordeste peninsular que pudieron haber participado en actividades textiles, en concreto, de hilado. Se trata de fusayolas de barro y discos perforados de piedra cuyos datos morfométricos, cronológicos y contextuales se comparan con paralelos del resto de la Península Ibérica, así como con la información existente sobre actividades textiles como la tejeduría, la cestería y las representaciones ...
Este estudio analiza un conjunto de artefactos de contextos del Calcolítico y Bronce Antiguo y Medio en el nordeste peninsular que pudieron haber participado en actividades textiles, en concreto, de hilado. Se trata de fusayolas de barro y discos perforados de piedra cuyos datos morfométricos, cronológicos y contextuales se comparan con paralelos del resto de la Península Ibérica, así como con la información existente sobre actividades textiles como la tejeduría, la cestería y las representaciones de vestimenta en el arte megalítico. Los resultados indican el uso de fusayolas de barro para el hilado de fibras vegetales a partir de finales de Calcolítico Antiguo, aunque es a partir del Calcolítico Reciente/Campaniforme cuando adquieren mayor protagonismo, quizás vinculado con una mayor intensificación y mejora técnica de la producción textil. Durante el Bronce Antiguo y Medio las fusayolas están ausentes, siendo los discos perforados de piedra los únicos presentes, aunque difícilmente pudieran cumplir dicha función. A partir del Bronce Final se documentan de nuevo fusayolas de barro, pero su morfología, completamente diferente a las anteriores, permite relacionarlas con un mayor uso de la lana como fibra textil.
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