La posibilidad de tratar grandes cantidades de datos (big data) y el desarrollo de algoritmos basados en inteligencia artificial y de nuevas herramientas de análisis han facilitado la personalización de diferentes elementos en la contratación online con consumidores. Mediante la elaboración de perfiles y otros tratamientos de datos personales, los empresarios consiguen personalizar sus ofertas, información, precios y servicios para consumidores individuales o segmentos de consumidores y, con ello, ...
La posibilidad de tratar grandes cantidades de datos (big data) y el desarrollo de algoritmos basados en inteligencia artificial y de nuevas herramientas de análisis han facilitado la personalización de diferentes elementos en la contratación online con consumidores. Mediante la elaboración de perfiles y otros tratamientos de datos personales, los empresarios consiguen personalizar sus ofertas, información, precios y servicios para consumidores individuales o segmentos de consumidores y, con ello, satisfacen mejor las preferencias de sus clientes. Sin embargo, los empresarios pueden recurrir a la personalización de sus contratos para apropiarse del excedente contractual que correspondería a los consumidores en un escenario uniforme, así como para manipular las preferencias de estos. El régimen jurídico previsto actualmente en el Reglamento General de Protección de Datos resulta insuficiente para dar respuesta a estos y otros riesgos que entraña la personalización.
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