En los años 70 la pornografía abrió un debate en el seno del feminismo que a día de hoy sigue sin haber podido resolverse con una postura consensuada dentro del movimiento. Desde el sector antipornografía se ha señalado a la industria como un mecanismo perpetuador de la violencia contra la mujer y se ha acusado al porno de constituir un producto que sistematiza la dominación masculina; desde la postura sex-positive el porno es un medio de entretenimiento que permite canalizar la exploración del deseo ...
En los años 70 la pornografía abrió un debate en el seno del feminismo que a día de hoy sigue sin haber podido resolverse con una postura consensuada dentro del movimiento. Desde el sector antipornografía se ha señalado a la industria como un mecanismo perpetuador de la violencia contra la mujer y se ha acusado al porno de constituir un producto que sistematiza la dominación masculina; desde la postura sex-positive el porno es un medio de entretenimiento que permite canalizar la exploración del deseo sexual en todas sus formas y posibilidades y que puede ser reapropiado desde las mujeres y la disidencia sexual en pro de la liberación feminista. Tras una contextualización conceptual de la pornografía, la exposición de los principales argumentos antiporno y una contestación desde la perspectiva prosexo se argumentará de qué manera el porno es y puede ser un producto feminista, señalando, asimismo, los matices que también hacen de ésta una industria machista y patriarcal.
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