El de la Oncología es previsiblemente el ámbito más complejo para los economistas de la salud aunque seguramente el más relevante hoy para el bienestar de nuestros enfermos. Un campo menudo con una innovación marginal, sin por el momento disrupciones breakthrough suficientemente significativas en el binomio coste-efectividad. Pero en el camino de hacerlo, desde la eficacia y la seguridad primero, con el impacto esperado en la supervivencia más crucial para la humanidad. De ahí la relevancia de invertir ...
El de la Oncología es previsiblemente el ámbito más complejo para los economistas de la salud aunque seguramente el más relevante hoy para el bienestar de nuestros enfermos. Un campo menudo con una innovación marginal, sin por el momento disrupciones breakthrough suficientemente significativas en el binomio coste-efectividad. Pero en el camino de hacerlo, desde la eficacia y la seguridad primero, con el impacto esperado en la supervivencia más crucial para la humanidad. De ahí la relevancia de invertir hoy en favor de los beneficios de mañana y hacerlo con criterio selectivo, bastante priorizado, como para garantizar el máximo de los valores esperados en los resultados. Esta tarea la hacemos los economistas de la salud desde la valoración de los ratios de coste-beneficio (AVAC, años de vida ganados ajustados por calidad); ratios que en el campo de la Oncología son todavía hoy demasiado elevados. Además del cuestionamiento del coste-efectividad de muchos tratamientos, continúan a menudo sin armonizarse los criterios de autorización de una parte, y de financiación y cobertura por la otra, con las consecuencias que ello implica sobre el gasto, a pesar de los contratos de riesgo compartido, de resultados muy variables. Una evaluación publicada en un artículo reciente en el Journal of Economic Perspectives evidenció que los precios de los principales medicamentos contra el cáncer han crecido muy por encima de cualquier umbral razonable: en 1995 un grupo con los 58 fármacos principales contra el cáncer costaba alrededor de 54.000 $ por cada año de vida ganado. El año 2013 estos fármacos tenían un coste de 207.000 $ por cada año adicional de vida.
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